Un rincón con Corazón

Ester La Torre Santiago es la artista que se esconde detrás del nombre de Corazón de Papel. Un espacio coqueto y diferente, que surgió hace un año alimentado por el amor, el arte y el trabajo con las manos. En pleno corazón de Logroño se trata de un lugar en el que, no solo adquirir objetos únicos y originales sino también aprender a hacerlos tú mismo, ahora que cada vez está más en auge el Do it yourself (DIY). Corazón de Papel siempre ha estado unido a Ester desde pequeña, esta unión surge de una historia muy bonita: su abuelo tenía la manía de guardar un retazo del Heraldo de Aragón en el bolsillo izquierdo de su americana, junto al corazón.

Y con esta idea como espina dorsal en la mente de Ester nació Corazón de Papel. Los que participan de esta bonita iniciativa aprenden a través de talleres de cestería, fabricación de alpargatas y restauración de muebles y scrapbooking (una técnica que consiste en crear álbumes personalizados a través de recortes de papeles de colores o de diferentes estampado), entre otros talleres, cómo con cosas sencillas y que solemos encontrar en nuestro día a día podemos crear piezas diferentes.

Durante todo el año, las personas inquietas con las manos pueden disfrutar de talleres de costura y patronaje. ¿A quién no le gustaría saber crearse una prenda, por ejemplo, y sentirse única? Porque como ella bien nos cuenta: «algunas han venido sin saber coser ni un botón y han acabado haciéndose un vestido para asistir a eventos». Pero tranquilos, los que tengáis menos tiempo, Ester organiza talleres todos los meses, incluso alguno de un día. Ya no hay excusa para, si uno quiere, crear pequeños tesoros con las manos. Ester pone el lugar, el taller y los materiales. El que asiste, la ilusión y sus manos.

La filosofía y la importancia de su tienda no solo reside en vender, sino también en enseñar a la gente a hacer cosas con lo que compra. Se trata de una compra compulsiva. Y es verdad, en nuestra visita a la tienda no dejábamos de señalar decenas de cosas preciosas que nos llevaríamos pero con las que luego no sabríamos que hacer. Y es lo especial de Corazón de papel. Que nos enseña a crear. A que no hace falta acudir a una tienda para que nos den el trabajo hecho siempre. Descubre nuestro lado creativo, despierta nuestra personalidad y nos muestra como todos somos capaces de coser, de pintar y de, en el fondo, conseguir productos únicos.

Corazón de Papel nos ayuda además a trabajar con las manos en una época en la que utilizamos demasiado el cerebro y las tecnologías. Nos da un respiro de todo lo que nos rodea y nos traslada a un lugar donde las prisas y los problemas no existen y en el que, las cosas hechas con mimo, son las principales protagonistas. Un modo diferente de enseñar y aprender. Un mundo ambivalente. Un mundo que trata de recuperar, no solo materiales, sino tradiciones riojanas que poco a poco, y debido a las nuevas tecnologías se han ido perdiendo.

La dueña nos cuenta que no se guía por las modas a la hora de elegir un taller, sino que son más bien inspirados en sus gustos personales y que debido a esto, y como en todo, tiene riesgos. Pueden gustar o pueden acabar siendo un fracaso absoluto. Por suerte, la mayoría de ellos están teniendo una buena acogida. En la búsqueda de la filosofía de Corazón de Papel, los talleres se plantean en base a los materiales disponibles, para que los que se inscriban puedan aprender la técnica de fabricación total del producto y que de paso, quizás, se contagie de parte del amor que este pequeño rincón desprende por la creatividad.

Resumir la esencia es fácil, y es que se convierte en decoración de una de las paredes de la tienda. Una forma única de despedirnos de Corazón de Papel: lo que más me gusta de mis sueños son las personas que los habitan.