Después de un paseo por Valvanera y San Millán de la Cogolla, hoy os acercamos hasta Briones, un pueblo que aún conserva su esencia medieval entre sus empedradas y sinuosas calles que se entrecruzan en decenas de cuestas. Calles abrazadas por imponentes casonas, que si tienes las suerte de visitarlas por dentro, más de una te sorprenderá.
Todo aquel que se acerca hasta este pequeño pueblo situado en una colina de la Rioja Alta que le hace actuar de mirador a la Sierra de Cantabria, no puede dejar de visitar sus dos templos, la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y la ermita del Cristo de los Remedios además de lo que hoy es el Ayuntamiento. Una casona que emerge en la parte central de Briones y que fue una antigua casa palacio que perteneció a los Marqueses de San Nicolás.
También destacable la ‘Botica del Rabal’, que data de finales del siglo XIX y que continúa recreando a las perfección como era el espacio en la época. En ella podemos encontrar de todo, desde morteros y embudos hasta pipetas y pinceles para toques en la garganta que hoy se conservan como recuerdo a la artesanía de toda una época. Y en bajo el reloj central de la botica, el conocido como ‘el ojo del boticario’ donde se guardaban las medicinas de elevado valor económico, así como los estupefacientes utilizados durante el siglo XIX y, posteriormente, principios del XX.
Y si aún quieres adentrarte mejor en cómo era la vida durante los siglos pasados, no dudes en acercarte hasta ‘La casa encantada’ un palacio señorial tradicional que tiene el gusto de albergar objetos y ajuares domésticos que se utilizaban en el día a día durante los siglos XVIII y XIX, en definitiva, una forma perfecta para echar una mirada al pasado y percatarse de como ha ido evolucionando y cambiando la vida en los hogares.
Y por supuesto, el Museo Vivanco, una de las bodegas por excelencia de nuestra comunidad. Puedes reservar una visita guiada tanto a la bodega como al museo, para así adentrarte en el mundo del vino, que tan desconocido sigue siendo para riojanos o no riojanos. Una experiencia diferente, en un enclave ideal, para entender, sentir y disfrutar mucho más de el producto que nos otorga ser una comunidad con Denominación de Origen. (Si quieres hacer tu reserva puedes hacerlo aquí).
Para finalizar, sobra decir que te des un tiempo para pasear, respirar y desconectar del mundo. Disfrutar de los paisajes vitivinícolas, que tiñen de mil colores nuestra tierra a lo largo de todo el año y que nos regalan estampas inolvidables.
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